viernes, 14 de octubre de 2011

breves andresianas (4)

Cada individuo es una constelación única de la historia

Andrés Yáñez

lunes, 3 de octubre de 2011

Siempre aprendiendo a leer

Me he dado cuenta de que nunca se deja de aprender a leer, porque puedes de pronto entender el símbolo de un signo llamado letra, puedes saberte de memoria el abecedario, y puedes conocer la gran mayoría de las palabras que necesitas para comunicarte con tu prójimo. Pero eso no te hace exento de asombros ante frases, oraciones, poemas o prosas. Porque leer no es solamente descifrar letras, es también encontrarte con algo que no conocías antes, es descubrir, es impactarte, es decepcionarte, es sonreír, es lamentar, es querer refutar, a veces es querer no saber leer, o a veces es querer volver al sitio al que te llevó esa lectura. Incluso, es darte cuenta de que no sabes leer.


Se habla de leer cuando con la vista tienes contacto con una letra que tu cerebro interpreta, y también cuando tu voz reproduce esa interpretación. Pero leer es también acceder a un nuevo punto de vista, es ir a una galaxia inhabitada por tu cognición, o también es ejercer el derecho de explicarte algo desde donde lo miras. Porque no solo leemos letras o palabras, también leemos situaciones, experiencias, leemos la realidad y la fantasía, leemos gestos, leemos caras, leemos silencios, leemos lágrimas, leemos actos y pensamientos, leemos sonidos, leemos la vida y leemos la muerte. 


¿Qué alfabeto abarca todas estas posibilidades? ¿Qué impresora, qué lápiz, qué tinta, qué casa editorial podría ostentarse la capacidad de revelarnos todas estas (y, por supuesto, las que no escribo acá) letras? Es cuando te das cuenta que nunca se acabará este romance ente la humanidad y el lenguaje, entre la cotidianidad y la comunicación, entre las palabras y la historia. 


Creo que vivir es leer, porque la vida se presenta como una hoja a veces escrita, pero también como una hoja en blanco que te regala la oportunidad de que tú la escribas. Y eso es emocionante, porque siempre habrá algo que descubrir en las palabras. Siempre habrá una redacción que te genere la sensación de descubrimiento. Siempre encontraré la desafiante pero grata misión de "escribir" algo que aún no existe. Siempre podré "leer" algo, lo que sea, un escrito o una vivencia, que me enseñe algo nuevo. 


Soy un agradecido cognoscente de los "alfabetos" que a través de la vida he aprendido a leer. Pero admito ser un expectante y curioso analfabeto de este idioma llamado vida.