martes, 25 de febrero de 2014

Lo que pasa en Venezuela

La verdad no tenía pensado escribir algo al respecto, pero mi corazón desborda preocupación por este rincón de Latinoamérica: Venezuela. Y quizás lo que escriba carezca de bases estrictamente contundentes para algunos, pero, al fin y al cabo, tengo derecho a opinar desde mi subjetividad. Sinceramente, yo me distancio de esa frase que dice "el que no se informa no tiene derecho a opinión". Francamente, yo creo que el derecho de opinar es de todos, no importa cuán ilustrado sea el opinante. En fin, desde esa perspectiva opinaré de lo que hoy está pasando en Venezuela. 

En primer lugar, nunca me han gustado los liderazgos personalistas. Antes de seguir, aclaro que este rechazo no desestima los logros alcanzados por dichos liderazgos. Un ejemplo de ello, creo que es Juan Domingo Perón, expresidente de Argentina, quien, entre otras cosas, instauró en dicho país las vacaciones pagas para los trabajadores. ¿Podría alguien oponerse a dicho logro? ¡Evidentemente que no! No obstante, me desagrada sobremanera que Perón, habiendo fenecido en 1974, aún siga copando la agenda política y discursiva del país argentino. Creo que el ejemplo grafica de manera suficiente mi manera de pensar. Pues bien, eso es lo que veo en Venezuela: no voy a ponerme a discutir los logros y aciertos de los gobiernos de Chávez y Maduro, pero sí que protesto ante ese -para mí- innecesario liderazgo chavista. Los liderazgos políticos personalistas hacen recaer de manera tan profunda la contingencia de un país sobre el líder de turno, que eso genera la postergación del surgimiento de nuevos liderazgos. Yo lo pienso en palabras más coloquiales: el drama es que el líder abarca tanto, que cuando él muere o desaparece, su sector queda en pelotas. Eso es en parte lo que veo en Venezuela. ¿Quién vino después de Chávez? Claro, está Maduro, ¿pero qué hay de otros nuevos líderes? Y no digo que no los haya; de hecho, es muy probable que simplemente yo no los conozca; pero me parece que, a pesar de que eso sea así, aún así todo huele a Chávez. Y se puede argumentar que "hay un legado que continuar" o cosas así, pero, desde mi perspectiva, una cosa es continuar un legado, y otra cosa es enviciarse y obstinarse con un mismo líder. Claramente, eso pasa en Cuba con los Castro y en Argentina con Perón, y es lo que, a mi parecer, está ocurriendo en Venezuela. No me gusta que un país se divida en torno a un apellido, ya que en este caso, o eres pro-chavista o anti-chavista. Eso francamente no me parece bien.  

Por otra parte, tengo la alegría de tener amigos provenientes de diversos países, entre ellos, amigos que son venezolanos, uno de los cuales hace pocos meses me visitó y me contó de la contingencia venezolana. Cuando conocí a este amigo, él abiertamente se declaraba chavista. Recuerdo incluso que él tenía una camiseta en la cual se podía leer propaganda a favor del "comandante". Bien, cuando este amigo me visitó -hace menos de tres meses- me contó lo decepcionado que estaba de Chávez y de Maduro, y de toda esta lamentable situación que está viviendo Venezuela. A ver, una cosa es que quizás alguien que siempre ha sido opositor a Chávez hable mal de Chávez, pero creo que la cosa cambia cuando quien te habla así de Chávez es alguien que lo apoyó, lo votó y trabajó de voluntario en su campaña en el referéndum de 2004. Bueno, un venezolano que fue chavista, hoy de manera consciente se desmarca de dicha postura. Mi amigo no se arrepiente de haber apoyado a Chávez en su momento, pero hoy, al analizar lo que él puede ver como venezolano, o sea, al vivir en carne propia todo lo que está ocurriendo en su país, él sabe que lo mejor es que el chavismo no ostente más el poder hoy por hoy*. 

Y como tercera cuestión, no quiero dejar de mencionar el argumento que para mí es de suyo el más contundente. Mi amigo me contó que Chávez tuvo la idea de iniciar investigaciones palenteológicas en el cadáver de Simón Bolívar para dar con su verdadero rostro. No recuerdo la cifra exacta de funcionarios públicos que mi amigo me mencionó, pero parafraseándolo, me contó que dicha iniciativa debía tener la aprobación de catorce funcionarios públicos del Estado de Venezuela. Pues bien, de esos catorce funcionarios que aprobaron dicha iniciativa, trece murieron -incluyendo el propio presidente en ejercicio, Hugo Chávez- y la única funcionaria que queda con vida, tiene cáncer. Alguien al leer esto puede decir: "pero eso ya no es un argumento político, sino religioso". Quien piense tal cosa, razona de manera totalmente correcta; aunque yo iría un paso más allá: para mí, más que un argumento religioso, es una cuestión que involucra lo espiritual. O sea, lo que está pasando en Venezuela hoy por hoy, miércoles 26 de febrero de 2014, no es solo una cuestión política o ideológica, sino que ya está abarcando de manera profunda otros ámbitos de la vida. 

La solución de lo que está ocurriendo en Venezuela no pasa solo por accionar políticamente a la gente, sino que también pasa por incentivar a quienes creen en Dios a orar por dicho país. Ese es mi compromiso. 

Espero que pronto todo esto que está pasando en Venezuela deje de ocurrir, y que más temprano que tarde conozcamos noticias de cambios relevantes para dicha nación. Cambios positivos, claro. 

Me dí el tiempo de escribir algo acerca de lo que está pasando en Venezuela porque me parece totalmente injusto guardar silencio ante el dolor de un país hermano. 

De todo corazón, que Dios vierta paz y bendición sobre todo el territorio venezolano. 

Venezuela, oro por ti y por los hijos de tu tierra.  



Andrés Yáñez
Chillán, Chile, miércoles 26 de febrero de 2014

*Según 
http://www.eluniversal.com.mx/el-mundo/2014/suben-a-16-los-muertos-por-protestas-en-venezuela-990475.html
a la fecha, la crisis venezolana arroja ya 16 muertos.