jueves, 28 de febrero de 2013

:P

Primer acto: el interés por el fútbol se puso a pelear con el interés por el arte. 

Segundo acto: el interés religioso se puso a pelear con el interés académico. 

Y tercer acto: el interés por el dinero se puso a pelear con el interés por la política. 

¿Cómo se llama la obra? 

CONFLICTO DE INTERESES :P

sábado, 13 de octubre de 2012

breves andresianas (7)

A partir de que lo abstracto obtiene una dialéctica en el ser humano, 
deja de ser abstracto y pasa a ser real.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Certeza onírica

Era de noche, y había un poco de viento. Yo había asido con mis manos algo así como unas hélices de plástico, que yo hacía girar. Pero no era por las hélices que lo lograba, sino por algo que no sé cómo explicar. Yo simplemente lo decidía, cuando quisiera, donde quisiera, a la altura que se me antojaba. Yo volaba. Y es curioso, porque dejaba de hacerlo cuando empezaba a dudar de si podía hacerlo o no. Pero cuando ni quisiera sospechaba de esas dudas, volaba. E insisto, lo hacía cuando quería. La única dificultad era la duda. 

Esa noche quise salir a volar (como quien sale a caminar un rato). Y no sé por qué, pero geográficamente estaba cerca de la Villa Los Andes, conjunto habitacional donde yo viví de los 6 a los 7 años. Y me acordé de que ahí vivió toda su vida una amiga de mi escuela, la Anita, así que mientras volaba decidí pasar sobre su casa, a ver si la veía. Y la vi. Ella estaba sentada sobre la cama, con sus piernas sobre la cama, y el mentón apoyado en sus rodillas y rodeando con sus brazos sus piernas. Su cama estaba muy cerca de la ventana del segundo piso de su casa. Tenía la cortina abierta y la luz de su pieza encendida. Estaba en silencio. No sé cómo supe, pero lo supe así en el sueño, que ella estaba tomándose un rato para estar sola, en silencio, mirando a las estrellas. La vi reflexiva. Y cuando pasé sobre su casa, era demasiado evidente que ella me notaría. Así fue. Yo la saludé con la mano y ella me correspondió el saludo. 

Luego volví a mi casa, en la Avenida Collín. Esas hélices de plástico me ayudaban a direccionar mi vuelo. Pero es raro, porque no recuerdo cómo yo las hacía funcionar. Pero esas hélices cumplían ese papel. 
En mi casa, le demostré a los que estaban ahí que yo podía volar cuando quisiera. Me elevé algunas veces para que ellos constataran que no mentía. 

Pero esa sensación interna, eso que pasaba dentro de mí cuando yo me elevaba, eso era indescriptiblemente hermoso. Era una sensación que amalgamaba y fusionaba la certeza con la aventura. Era esa sensación que uno tiene cuando decide determinadamente algo, aunque sea medio loco, pero lo decide convencido de que esa realidad se materializa, se expresa, simplemente cuando se deja al lado el miedo, el miedo al ridículo, al fracaso. Pero no era solo no tener miedo. Era estar seguro que no podría ser de otra forma: sí o sí yo volaría si lo decidía.

Quizás recuerdo ciertos episodios de este sueño, los cuales he compartido en la presente redacción. Pero lo que más recuerdo, lo que más se me quedó en la memoria fue esa sensación interna. No sueño muy seguido, pero cuando lo hago, sueño, no sé por qué, cosas negativas. Pero este sueño fue lindo. Hace mucho que no soñaba algo lindo. Esa sensación interna que tenía cuando estaba a punto de volar y que se sostenía cuando volaba, era hermosa, era plena. Era seguridad, alegría, convicción. Era fe. 


sábado, 11 de agosto de 2012

El dulce equilibrio de la libertad

Cuando se piensa en Libertad, se piensa evidentemente en un estado no prisionero de algo o acerca de algo. Se piensa en una disponibilidad absoluta, o al menos tendiente a la absolutidad, de algo o acerca de algo. Se piensa en una autonomía o independencia de algo o acerca de algo. En fin, Libertad es una no-restricción

Ahora bien, mi pensamiento grafica la palabra libertad según como se utiliza en sucesos históricos nacionales de independencia. "La libertad nacional", "la libertad de la patria", "la libertad del yugo colonial", etc. Y también grafico la libertad en relación a la situación que vive un ex reo: "Salir de la cárcel; salir en libertad". 

Estas formas de graficar la palabra o concepto de Libertad, denotan, para mí, la obtención de esa no-restricción dentro de un proceso de "restricción". O sea, se presenta un contexto de no-libertad, y dentro de él se logra la obtención de la libertad: en el caso de una nación, por ejemplo, dentro de una colonización; en el caso de un reo, en el período que vive en la cárcel. La nación subyugada logra su libertad, logra deshacerse de ese sojuzgamiento; el reo, cumple su condena carcelaria o bien se escapa del recinto penal. 

Bien, ambos individuos conceptuales (la nación que se descoloniza y el reo que sale de la cárcel) lograron alcanzar su libertad. Pero fijémonos que ambos consideraban la libertad como algo anhelado, pero a la vez no existente. La libertad era una posibilidad, no una realidad. Y es interesante notar la pertinencia de la palabra posibilidad, pues implica, es cierto, algo no manifestado en el ejercicio del tiempo presente, pero también implica algo posible. Es decir, es posible ser libre.

Pero acá entra lo que quiero expresar en este pensamiento andresiano. Antes de seguir, advierto: le robaré una idea a Bordieau, quien dice que "lo real es relacional". Sigo. La libertad es relacional, es decir, la libertad supone la existencia de una contraparte. Si se es libre, es porque se puede ser esclavo. Si se puede ser libre, es porque se es no-libre. La libertad tiene como antítesis la heteronomía (no-autonomía), la dependencia, la indisponibilidad, la restricción. O sea, la libertad tiene enemigos. Y la existencia de esos enemigos de la libertad (enemigos quizás ya vencidos o a vencer) genera la necesidad de que la libertad desarrolle su ejército, establezca sus fronteras, pacte principios que le permitan defenderse de sus opositores. 

Así, la libertad no parece tan libre como suena. Es preciso resguardarla, es preciso establecer vigías que permitan la identificación de aquellos elementos que amenacen a la no-restricción. Es decir, la libertad demanda el oficio de protegerla. Libertad no es libertad y nada más. Libertad es asumir el compromiso de velar perennemente por ella. 

Entonces, podríamos... o mejor dicho "podríamos" (en comillas) decir que la libertad tiene una "restricción" (en comillas). Ahora, ¿esta "restricción" (insisto, en comillas) involucra que la libertad, a causa de la necesidad de preservarla de sus enemigos, pierda un poco de su esencial no-restricción? Sinceramente, creo que no. Creo que la no-restricción no refiere tanto a un "hacer cómo y cuándo se quiera", sino a poder ejercer lo que se ama, teniendo la oportunidad de poder crecer en eso. Y claramente eso implica proteger lo que uno ama. Creo que puede considerarse una restricción el tener que proteger algo que uno no ama; pero proteger algo que uno sí ama no es restricción, es un placer, es un privilegio, ¡es bacán! 

Ante todo esto, me parece que la libertad nos ayuda a rescatar algo que quizás muchos seres humanos anhelamos, pero pocos lo pueden alcanzar: equilibrio. Pienso que la libertad, bien entendida y bien administrada, involucra equilibrio. Esto, porque hay un grado de autonomía, de no ataduras, de no esclavitud, por un lado, equilibrado, por otro, con el cuidado, la vigilancia, la cautela ante los enemigos de la no-restricción. Esto es equilibrio, porque te hace sentir libre por un lado, y te hace estar vigilante por el otro. Pero no es un simple equilibrio entre libertad y vigilancia. El equilibrio no está dado, según yo, por el contrapeso de dos polos, de dos fuerzas antitéticas. No. Está dado por, como decía más arriba, el amor a lo que se hace, que es un amor que surge por el amor a lo que uno cree, por el amor a lo que uno sueña, por el amor a lo que uno se aferra en la vida. Yo puedo tener dos polos opuestos, pero eso no implica equilibrio. El equilibrio lo da la balanza, y la balanza de la libertad es el amor. El amor engendra esa lucha hasta alcanzar la libertad. Pero ese mismo amor proporciona el compromiso suficiente para asumir la responsabilidad de su defensa. 

La libertad, entonces, implica límites. Pero estos límites no limitan, no cohiben, no inhiben a la libertad. Todo lo contrario, la potencian. ¿Y la potencian respecto a qué? A todo aquello que no es libertad, a todo aquello que no se cree, que no se ama. 

Libre es aquel que sabe en qué cree. Libre es aquel que sabe qué ama. Libre es aquel que crece en lo que cree y ama. Libre es aquel que sabe identificar qué cosas amenazan lo que cree y ama. Libre es aquel que sabe defender lo que cree y ama. 

Libre es aquel que resguarda las fronteras de lo que cree y ama, y que no ve en eso una restricción, sino una virtud a favor de su libertad. 






sábado, 31 de marzo de 2012

xD

Primer acto: un colectivo recordando a otro colectivo

Segundo acto: otro colectivo recordando a otro colectivo.

Tercer acto: otro colectivo recordando a otro colectivo.


¿Cómo se llama la obra?


MEMORIA COLECTIVA

jueves, 29 de marzo de 2012

breves andresianas (6)

Defenderme cuando no estoy en la verdad,
es abogar por mi propia esclavitud

lunes, 5 de marzo de 2012