sábado, 18 de junio de 2011

A mi sobrinita Eliette.


Mi sobrina... De entrada te planteas tan indiferente, y todos intentan hallar beneplácito en alguna sonrisa tuya que corresponda a la intención de los demás de captar tu atención, pero en tu particular manera de ser solo consientes a tu mamá o a tu papá, y los demás parecemos quedar afuera.
Y algunos siguen intentando como lo han hecho con otros niños, creyendo que su insistencia los llevará al objetivo buscado... Pero tú permaneces siendo tú.
Al comprender esa forma de ser tuya, yo no procuraba intentar como los demás. Y de hecho, ni siquiera trataba de captar tu atención. Yo veía tu indiferencia, y eso me causaba indiferencia. Y no es que no quisiera disfrutarte, pero como acostumbro a no hostigar a quienes no desean ser hostigados, entonces me sentía bien de estar respetando tu anhelo.
Me daba la impresión de que a veces te cansaban los demás con sus intentos de querer captar tu atención. Y era notorio porque te enojabas, jeje. Yo no quería ser parte de esos.
Pero me asombraba que yo al mantenerme indistinto frente a ti, de pronto eras tú la que me buscaba. Y eso me hacía ostentar un singular récord: tú buscando llamar la atención de un adulto. ¡Y qué privilegiado me sentía de ser yo ese adulto! :)

Eres una niña distinta, y parece que yo también soy un tipo distinto. Pero me entusiasma que en esa diferencia nos parezcamos. Me resulta muy dulce que te conquiste mi indiferencia. Me resulta muy "nuestro" que nuestra mutua indiferencia devenga en la complicidad de momentos muy tiernos entre nosotros.
Tiene un encanto especial ser tu tío Cachi, y es que creo que nos llevamos muy bien sin la necesidad de recurrir a quienes no somos.
Me gusta, quizás como a nadie, tu indiferencia. Y creo que a ti, quizás también como a nadie, te atrae mi indiferencia.

Quiero volverte a ver sobrinita mía, porque a pesar de la indiferencia que demuestro, también tengo memoria y sentimientos. Quiero volver a conquistar tu atención, y que en ese logro pueda decirte te amo teniéndote entre mis brazos.
Así como eres de singular en tu manera de ser, así también es la singularidad con que te extraño.

Dios te bendiga mi Eliette. Te amo muchísimo :)

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